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efectos psicológicos de la tragedia.

Se lo dedico a todos los sobrevivientes de la adversidad, por encontrar fortaleza a pesar de todo.

 

Luego de un desastre sea este natural como un terremoto, un deslave, una erupción volcánica; u ocasionado por el hombre como una guerra, actos terroristas, etc.  Los efectos psicológicos aparecen durante el evento y también tienden a mostrarse en el  transcurso del tiempo.

La personas que han vivido una tragedia, la han visto, escuchado, leído sobre la misma; podrían verse expuestas a sufrir un trauma. Llegar a experimentar  insomnio, falta de apetito, dolores corporales injustificados, sensaciones de ahogo, taquicardia, miedo, vergüenza, enojo, culpa, tristeza, desesperanza, sobre reacción emocional, sensación de desamparo, vacío emocional, disminución de la atención y concentración, sobresalto, alerta permanente, recuerdos tormentosos, entre otros.

Las situaciones de desastre ocurren de forma inesperada, existe la posibilidad de muerte, los resultados posteriores al desastre alteran la vida de la persona en forma determinante, existen pérdidas importantes para el individuo.  El impacto del desastre puede dejar secuelas tanto físicas como psicológicas.

trauma primario.

Es el trauma que sufren las víctimas directas de un desastre, aquellas personas que viven en carne propia el evento, sobrevivientes cuya vida ha estado expuesta en algún sentido y que han sufrido pérdidas significativas.

 

Para que un evento vivido se convierta en trauma mucho dependerá de la personalidad de cada individuo, de su historia de vida, de los recursos emocionales y de manejo del estrés con los que cuente en el momento del desastre.

 

Si la persona tiene una personalidad frágil, está pasando por un mal momento o por un momento de cambio en su vida, si se encuentra perturbada por alguna situación que no puede resolver será más susceptible al trauma;  así como también si en su historia de vida hay situaciones no resueltas y que se pudieran relacionar con el trauma actual, puede debilitar su estructura psíquica.

 

estrés postraumático.

En un primer momento las personas más afectadas luego de un desastre presentarán síntomas de estrés agudo: Falta de sueño, pesadillas, imágenes recurrentes, dolores inexplicables en el cuerpo, falta de aire, fatiga, dolores de cabeza, tristeza, inquietud, decaimiento, desesperanza, apatía, embotamiento.  En este primer momento es importante la atención tanto física como psicológica, la contención de la persona y la posibilidad de la expresión emocional; pueden permitir el desahogo adecuado para evitar trastornos futuros.

 

Sin embargo hay personas en las cuales los síntomas pueden persistir en el tiempo, de tal forma que pueden desarrollar estrés postraumático, en lugar de ir procesando el trauma, la persona se siente atrapada en los síntomas mencionados, sin evolución y con una angustia que se incrementa en ciertos momentos, es importante que la persona sea tratada lo antes posible para evitar posibles ataques de pánico, el desarrollo de fobias, u otras dolencias más graves.

El estrés postraumático también puede aparecer meses después de experimentado el trauma, que en primer momento no era evidente.

trauma secundario.

Este puede darse en las personas que han sido testigos de un evento en que la vida de otros ha estado en peligro, personas que escuchan o evidencian de primera mano las consecuencias de la tragedia. Principalmente personal de primeros auxilios y que atienden emergencias como médicos, psicólogos, enfermeras, personal de rescate;  que contactan de una u otra manera con el dolor ajeno.  También están expuestos a este tipo de trauma la población en general, aquellas personas que ven, escuchan o leen sobre la desgracia en noticieros, periódicos o redes sociales.

 

estrés postraumático secundario o trauma vicario.

Los trabajadores de servicios de salud y rescate, están expuestos por la naturaleza de su trabajo al dolor humano, las emociones son contagiosas, lo podemos evidenciar en la vida diaria cuando las lagrimas de otra persona nos conmueven aunque no sepamos bien la causa de su dolor.

 

Trabajar en medio de la adversidad de otros tiene efectos psicológicos muy fuertes para el personal de emergencias y será importante no solo la formación técnica de estos profesionales, sino también una adecuada evaluación psicológica periódica y la posibilidad de acceder a servicios terapéuticos para elaborar sus propias experiencias traumáticas relacionadas con el trabajo.

 

El personal de primera mano frente a la tragedia puede presentar síntomas similares a los de las víctimas del desastre, por eso es fundamental que no se pase por alto los indicadores de que un trauma ha sucedido, para evitar sus efectos futuros.

 

desgaste por empatía.

Parecería que el dolor emocional es algo que se puede controlar, algo que si se pone de parte desaparece.  Los profesionales que trabajan constantemente con el dolor tienden a olvidar el contagio psicológico de este dolor y a pasar por alto indicativos que muestran que la persona se puede estar “quemando en el trabajo”. 

 

En el personal de primeros auxilios tanto físicos como psicológicos se puede evidenciar una necesidad de aliviar el dolor humano, es esa tendencia de su personalidad lo que le permite realizar un trabajo de este tipo.

 

El contacto permanente con situaciones de emergencia, el atender las crisis humanas, el escuchar el relato del desastre, por más preparado que esté el profesional de una manera u otra tocará su propia vulnerabilidad frente a lo inevitable de la vida.  Cuando un profesional de emergencia se encuentra en esta situación una y otra vez sufre desgaste por empatía, es decir va más allá de conmoverse por el dolor de los otros, este dolor puede empezar a afectarle.

 

Es indispensable que los profesionales de emergencia y rescate de cualquier tipo, reciban asesoramiento psicológico en forma permanente, ya que sin evidenciarlo el trauma de otros puede tocar traumas propios, muchas veces inconscientes que pueden generar alteraciones psicológicas a la persona.

 

Si la situación persiste sin ser atendida puede generar el síndrome de “quemarse en el trabajo” es decir la persona se ha debilitado de tal forma psíquicamente que con el correr del tiempo pasará de la empatía a la frialdad frente al dolor del otro, ahora el profesional que antes se mostró solicito reacciona con indiferencia ante el dolor, se muestra desconectado y aislado. Todos en un momento nos hemos encontrado con profesionales de la salud que tratan a su pacientes en forma distante y despectiva, este puede ser una de los síntomas de este síndrome. 

 

Evitar todo lo que tenga que ver con el dolor es otro de los indicativos del síndrome, es decir el profesional evita sentir o conectarse con lo que traiga a colación lo que el trauma significa. Entonces puede presentarse una sensación de ineptitud, de incapacidad, de no poder hacer lo suficiente que pueden ir calando muy profundo en su autoestima. También la fatiga crónica estará presente, un cansancio que no pasa con nada.

 

Otro indicativo es el deterioro de las relaciones personales, problemas familiares que no se llega a resolver y que van minando su equilibrio personal, postergaciones de todo tipo en su vida personal. 

 

Los traumas no elaborados tienen un efecto acumulativo, como un vaso que se llena hasta desbordarse, por eso la indispensable asistencia psicológica preventiva y ocupacional  a los profesionales que trabajan con el dolor humano.

Si los síntomas son ignorados con el tiempo podrían presentarse dolencias más graves como la depresión, el consumo excesivo de alcohol o drogas. En casos extremos podrían llegar a atentar contra la propia vida.

 

la población y los efectos de la comunicación de masas.

El estrés postraumático puede aparecer en la población en general, ya que uno puede traumatizarse por escuchar, ver imágenes, leer relatos sobre la tragedia; esto dependerá de la fortaleza psicológica de cada persona, sin embargo es importante tomar en cuenta la propia tolerancia hacia estos estímulos que muchas veces pueden bombardear al individuo sin que se percate, a través por ejemplo de las redes sociales.   Es muy poderosa la mente y ella misma puede crear una historia completa desde una fotografía o un titular sensacionalista, por eso es importante que las personas sepan elegir que ver, que leer, que escuchar, esta es una forma sencilla y eficaz de cuidar su bienestar psicológico.

 

Si la persona se encuentra traumatizada después de haber visto, escuchado o leído sobre una tragedia, presentará los síntomas típicos del estrés postraumático y será importante para precautelar su salud acudir a especialistas que puedan ayudarle en forma oportuna a elaborar el trauma.  Es necesario fortalecer los recursos para afrontar el estrés y que la persona encuentre nuevas formas de autoconfianza.

 

la fuerza de la vida.

Es importante recordar que todos contamos con un sistema de superación del dolor, a veces lo podemos hacer solos, en otras ocasiones alguien tiene que acompañarnos en el camino de reconstrucción.  Abrirnos a lo posible, es la oportunidad de crecer incluso en la adversidad. Tomar la mano que ofrece ayuda puede ser fundamental.  Recordar que el dolor es una condición de la vida, muchas veces una experiencia inevitable, pero que de ninguna manera nos tenemos que quedar en él.  Recuperar la estabilidad psicológica, volver a confiar en la vida y retornar a vivirla con sentido es una tarea de cada uno.

 

Dra. Isabel Ayala Vera.

PSICOLOGA CLÍNICA

INGENIERA COMERCIAL

ANALISTA JUNGUIANA

+593996050245

Los derechos del texto y las fotografías son de Paola Isabel Ayala Vera. Se puede citar el presente artículo con la debida referencia