En cualquier caso esa forma gregaria de ser nos conduce a buscar formas factibles de relación, formas que puedan generar vínculos, con otros por esa diversidad de afinidades que afortunadamente los seres humanos contamos dentro de nuestra esencia como humanidad.
Lo más valioso que tenemos para ofrecer, aquello que llena el corazón y que tan sólo necesitamos darnos cuenta que está a nuestra disposición. El regalo que se nos entregó para compartirlo con los demás, es necesario descubrirlo.