Hay veces en que la vida es como el oleaje del mar, va y vuelve, en ese movimiento puede traer a nuestras orillas algo inesperado, valioso, algo que nos puede cambiar, pero esto puede llegar en un momento supuestamente inconveniente. Entonces la decisión se centrará en dejar eso que la vida trae porque no estamos preparados para vivirlo, o armarnos de valor para asumir el reto.
Un ejercicio cotidiano de estar presente en uno mismo, percatándose de lo que se siente, de lo que se piensa, y actuando en concordancia. Siendo fiel a uno mismo. Resolviendo en nuestra vida, aquello que requiere de una intervención activa y haciendo entonces lo que nos corresponde (...) No necesitamos perfección, si mucha comprensión de nuestra propia naturaleza (...)