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LO QUE ES POSIBLE

El amor a veces nos lleva a pensar que es preciso hacer lo imposible, por aquella persona que amamos, sea una pareja, un hijo, un padre o un amigo.  A veces las circunstancias del otro nos remiten a nuestros más profundos temores y quisiéramos encontrar aquella solución que allane su camino.

 

 

 

El sufrimiento es lo que hace que una persona se acerque a la consulta psicológica, sufrimiento de todo tipo, uno de los sufrimientos más profundos es aquel relacionado con el dolor de alguien que se ama.

 

LO QUE EL AMOR NO PUEDE HACER.

El amor a otro ser humano, puede a momentos ser un bálsamo de curación para el alma.  Pero qué sucede cuando la situación en la que se encuentra el ser que amamos, es una circunstancia que no quiere o no puede dejar, aunque eso signifique su propia ruina.  No poder ayudar cuando el otro es incapaz de ayudarse a sí mismo es una de las experiencias más conmovedoras, porque hay un límite a pesar del amor que se tenga hacia otra persona, para intervenir en su vida.

 

Las diferentes etapas de la vida nos ponen ante encrucijadas muchas veces difíciles, que al fin y al cabo desde nuestra propia experiencia vital, podemos contar con más o menos recursos para resolverlas, de todas formas es más fácil hacerse cargo de los propios problemas.  Qué es lo que sucede cuando esa encrucijada se presenta en la vida de alguien que nos importa, y sentimos que esa persona se encuentra entrampada, inmóvil, dejando que la vida sea. La impotencia frente a la crisis del otro es algo que nos puede traer a la conciencia lo que no está en nuestras manos, por más que lo queramos, no nos corresponde.

VIVENCIAS NO CONSENTIDAS.

El otro día una mujer llegó con su hija de 20 años a consulta.  La muchacha se había embarazado hace un par de años, por eso decidieron casarse junto con su novio, él ahora marido, le era infiel y le minusvaloraba, la familia de ella se daba cuenta de su sufrimiento como también de los abusos de su pareja; la chica quería encontrar una forma de que él cambie y que los dos puedan ser felices.

 

Otra mujer llegó a consulta porque su madre había sido diagnosticada con esquizofrenia,  se negaba en ocasiones a tomar su medicamento, había días en que era muy agresiva, en que sus comportamientos eran realmente impredecibles y peligrosos.

 

Un hombre de mediana edad acude a consulta porque su pareja actual, madre de dos hijas de una relación anterior, es muy violenta con ellas. Cuando el trata de defenderlas ella le dice: “No te metas, no son tus hijas”.  Él conmovido por esta situación decide buscar ayuda, inicia terapia y le pide a ella que haga lo mismo, ella pasa de un psicólogo a otro, no termina ningún tratamiento, su comportamiento es cada vez más inestable, ella se rehusa a cualquier tipo de ayuda, él no quiere dejar a las niñas con su madre, le da temor que les pueda pasar algo.

 

¿Qué es lo que está al alcance de las manos de estas personas y qué es lo que no podrán hacer por mucho que quieran?

 

¿Qué pueden hacer estas personas frente al dolor de sus seres queridos?.¿Cómo enfrentar la impotencia de lo que no podrán hacer?.

 

NO OLVIDAR LA PROPIA HUMANIDAD.

En situaciones como estas no sólo es importante sino también necesario reconocer que no todo está en nuestras manos, podemos tener las mejores ideas y las mejores intenciones; pero no es suficiente, porque la voluntad, la decisión, la conciencia o simplemente la apertura de otra persona está en juego.

 

Reconocer la propia vulnerabilidad es indispensable,  para percatarnos de lo que no nos es posible por cualquier circunstancia que sea. Entonces se puede considerar con mayor claridad, lo que sí esta en nuestras manos y ponerlo en práctica

 

Hay experiencias que por mucho que nos esforcemos que nuestros seres queridos no las vivan, tarde o temprano pueden llegar y sacudir el mundo conocido.

LO QUE SÍ SE PUEDE HACER.

En ocasiones habrán acciones concretas y determinantes que serán nuestra posibilidad y nuestra responsabilidad con el otro. Otras veces tan sólo un hombro en el cual llorar, una palabra a tiempo, un lugar para guarecerse de los embates de la vida, será lo único que podremos ofrecer,  tan solo nuestra presencia silenciosa, porque aquellas circunstancias que tanto lastiman a quienes amamos corresponden a otro orden de la vida en el que no tenemos injerencia.

 

Hacer lo que sí es posible, por poco que nos parezca, es lo optimo frente a situaciones apabullantes, hacer lo que sí nos compete es nuestro regalo de amor, independientemente de su resultado, hacer lo que dicta nuestro corazón respetando el derecho del otro a tener una vida propia, es un granito de arena que puede hacer la diferencia.  Ninguna acción es pequeña cuando es lo que está a nuestro alcance.   Porque esa acción puede dejar abierta una puerta, puede brindar otros puntos de vista que podrían posibilitar un cambio.

 

Dra. Isabel Ayala Vera.

PSICÓLOGA CLÍNICA

INGENIERA COMERCIAL

ANALISTA JUNGUIANA

+593996050245

Los derechos del texto y las fotografías son de Paola Isabel Ayala Vera. Se puede citar el presente artículo con la debida referencia