El inicio de un nuevo año, de muchas maneras puede ser una oportunidad. Marca el fin de un ciclo y por supuesto la posibilidad de proponer nuevos horizontes para nuestra existencia.
Estamos viviendo tiempos difíciles para el amor, las personas que llegan a consulta se han descorazonado, no por las complicaciones propias de una relación sino por la falta de una relación, aunque tengan una pareja.
Cada día es una nueva oportunidad que se la puede vivir de la mejor manera posible. La persona se dispone a que el futuro sea mejor, incluso a ser mejor en cada nuevo momento de su vida. Sin embargo hay veces en que comportamientos estereotipados y repetitivos que se han ido interiorizando casi sin percibirlo en el transcurso de la vida, parecerían ejercer su poder más allá de la voluntad individual. En otras ocasiones el pasado personal y familiar pesa, y moldea la vida de una forma...
Este amor es aquel que encuentra una forma de perdurar, de crecer y madurar en el tiempo; es un amor que acompaña, que evoluciona como evolucionan sus partes, este amor es difícil a veces, contundente cuando se necesita, es un amor que aprende a conocer al otro y a pesar de eso; saber que se quiere estar ahí. Es un amor que en un momento del viaje se develará totalmente humano, sin poses ni conveniencias, simplemente luz y sombra.