Este artículo se lo dedico a todas las personas que han juntado sus manos para el Ecuador frente al terremoto, a todos aquellos que han dejado a un lado sus necesidades y han sabido dar. En especial a los miembros de los equipos de rescate que han podido encontrar el verdadero significado de la compasión.
Lo más valioso que tenemos para ofrecer, aquello que llena el corazón y que tan sólo necesitamos darnos cuenta que está a nuestra disposición. El regalo que se nos entregó para compartirlo con los demás, es necesario descubrirlo.