Hay veces en que la vida es como el oleaje del mar, va y vuelve, en ese movimiento puede traer a nuestras orillas algo inesperado, valioso, algo que nos puede cambiar, pero esto puede llegar en un momento supuestamente inconveniente. Entonces la decisión se centrará en dejar eso que la vida trae porque no estamos preparados para vivirlo, o armarnos de valor para asumir el reto.
La palabra Navidad está relacionada con la capacidad de dar y recibir amor. Con el tiempo de conectarse conscientemente con la paz. En los procesos psicoterapéuticos los recuerdos vinculados con haber recibido amor, son muy significativos, son los que dejaron una huella de valoración positiva hacia la vida y confianza hacia al camino personal. Estos recuerdos son importantísimos para la integración consciente de los dones más preciados a la totalidad del ser.
Estamos viviendo tiempos difíciles para el amor, las personas que llegan a consulta se han descorazonado, no por las complicaciones propias de una relación sino por la falta de una relación, aunque tengan una pareja.
Los cinco sentidos son puertas a través de las cuales se percibe el mundo, un mundo con innumerables estímulos que van mostrando lo que tiene para ofrecer. Al abrazar se pondrán especialmente de manifiesto lo que se percibe a través de la piel y del olfato. Las sensaciones que se advierten a través de la piel no sólo precautelan la sobrevivencia, trasmitiendo información importante sobre el medio circundante y las condiciones más próximas, así se puede discriminar la mejor respuesta...
Dedico este artículo a Niqui por su compañía y su cariño incondicional. A Vero y Aidi, por su inmenso amor a los animales. También se lo dedico a todas aquellas personas que luchan por los derechos animales, para que sean tratados con humanidad por los humanos.
Lo más valioso que tenemos para ofrecer, aquello que llena el corazón y que tan sólo necesitamos darnos cuenta que está a nuestra disposición. El regalo que se nos entregó para compartirlo con los demás, es necesario descubrirlo.