El desapego conduce a la paz interior basada en la conciencia y la aceptación de lo transitorio, pero sobre todo a una plenitud de vivir más allá de la fijación de que algo o alguien nos darán felicidad. ¿Será eso posible?
¿Qué nos sucede cuando nos encontramos con un grupo grande de gente?
Nuestra respuesta vendrá dada por nuestra ecuación personal, es decir desde las características únicas de nuestra personalidad y cómo desde ahí nos relacionamos con el medio. Lo que leemos de los demás, de nosotros mismos y de la situación.