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EL ABRAZO, RECIBIR EL MUNDO.

Los cinco sentidos son puertas a través de las cuales se percibe el mundo, un mundo con innumerables estímulos que van mostrando lo que tiene para ofrecer.   

Al abrazar se pondrán especialmente de manifiesto lo que se percibe a través de la piel y del olfato.

 

Las sensaciones que se advierten a través de la piel no sólo precautelan la sobrevivencia, trasmitiendo información importante sobre el medio circundante y las condiciones más próximas, así se puede discriminar la mejor respuesta posible frente a las circunstancias.  También a través de la piel se puede percibir mensajes que el cerebro traducirá como placer, agrado, afecto,  comodidad, etc.

 

El olfato es el sentido más antiguo,  y  lo que se percibe a través de él construye para la mente una idea de la realidad. Cuando se abraza los aromas del otro llena de sensaciones el instante, no en vano el bebé reconoce a su madre en un primer momento por su olor particular, y ese olor se impregna luego de significados emocionales.

sentir.

Los seres humanos cuentan con un instinto gregario, buscarán pertenecer a un grupo, a un colectivo, donde se puede compartir experiencias, luchas y búsquedas.  En este lugar es posible explorar también oportunidades de contención y compañía.  El sentirse parte, identificado, y aceptado tendrá gran importancia para la salud mental. Aprender sobre el mundo es una tarea que se da a través de los contactos cotidianos, de las distintas formas de relación que se suscitan con el ambiente.  Un niño que se acerca al mundo es un niño que se relaciona de forma sana, sintiendose parte interactuacte, percibiendo los intercambios con el entorno como naturales y deseables.  La búsqueda de experiencias nuevas de conexión a toda edad son las que facilitan mantenerse flexible, expectante, cambiante, en definitiva entusiasta hacia la vida.

abrazos.

La calidez de los brazos de otro ser humano en los cuales es posible sentirse acogido, despiertan una variedad de emociones y sentimientos que nos trasladan a los inicios de la propia existencia, el diseño de los brazos humanos permite la experiencia de aproximarse al otro de una forma única según cada situación. 

 

Hay abrazos solidarios, que a través de su lenguaje dicen: estoy contigo.  Hay abrazos cariñosos que muestran la alegría del encuentro.  Hay abrazos de orgullo y reconocimiento, que transmiten la alta valoración que se tiene del otro.  Hay abrazos llenos de ternura, que trasmiten un amor cuidadoso.  Hay abrazos eróticos que evidencian el deseo y el gusto del momento. Un abrazo frío, sin emoción, no es un abrazo tan sólo será un gesto, una convención social.

 

Sea cual sea el abrazo recibido, no es un acto indiferente, trasmite un caudal de sensaciones, emociones y afectos, que van más allá del lenguaje de las palabras y permite que el mensaje fluya hacia el otro.

necesidad de contacto.

Una de las experiencias primeras del ser humano, es ser abrazado, inevitablemente.  Pues para sostener un bebé en brazos, automáticamente la persona se pondrá en posición de abrazo.  El indefenso y frágil ser es contenido, cuidado, amado por otro en el calor y la seguridad del abrazo.

 

Entonces si esa experiencia se repite innumerables veces durante los primeros años de vida, indudablemente se guardará una impronta de cómo se recibe el amor y el cuidado, tan indispensables para la vida.

 

Por esa razón no solamente se busca dar y recibir abrazos, sino que la ausencia de abrazos se torna en una especie de sequía para el alma.

No sólo se  comunica a través de las palabras, hay formas de  comunicar que son más antiguas, más genuinas, más profundas, la comunicación no verbal tiene sus propios canales de interacción sofisticados para trasmitir el mensaje. Abrazar es encontrar y encontrarse, simplemente experimentar las variadas maneras en que se puede mostrar al otro cuanto importa y permitirse al mismo tiempo el deleite del encuentro.

NUTRIR EL ALMA.

Hay un interés creciente por las formas más adecuadas de cuidar el cuerpo y la mente, los alimentos que se ingiere y las vitaminas, ejercicio, meditación, terapia; todas necesarias para una mejor calidad de vida, tal vez sería importante incluir dentro de esos insumos necesarios para la salud el abrazo, que genera en el organismo sustancias necesarias para el equilibrio en muchos sentidos, que suministran de forma gratuita alegría, afecto, cariño, amor, esperanza y multiples recuerdos afectivos que pueden perdurar toda la vida, llenando el alma de gratitud por lo vivido. Las experiencias compartidas son lo más valioso que un ser humano puede entregar a otro. 

 

Dra. Isabel Ayala Vera.

PSICÓLOGA CLÍNICA

INGENIERA COMERCIAL

ANALISTA JUNGUIANA

+593996050245

Los derechos del texto y las fotografías son de Paola Isabel Ayala Vera. Se puede citar el presente artículo con la debida referencia