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¿QUÉ PASÓ CON EL AMOR?

Estamos viviendo tiempos difíciles para el amor, las personas que llegan a consulta se han descorazonado, no por las complicaciones propias de una relación sino por la falta de una relación, aunque tengan una pareja.

 

sE DILUYEN LOS VÍNCULOS.

Aparentemente estamos accediendo a un tiempo de mayor libertad para ser y expresarse, sin embargo esta postura llevada al extremo puede corresponder a un estilo de vida individualista.

Sin excepción hombres y mujeres que buscan psicoterapia, expresan la soledad que siente, la lejanía que  se manifiesta en sus relaciones; las personas hoy más que nunca tienen una gran oportunidad de conocer a posibles parejas, sin embargo hay algo que está pasando con el amor.  La mayoría de consultantes comentan que es fácil empezar a coquetear con alguien y que aquello se torne físico, incluso que se llegue a una intensidad emocional en unos cuantos días, es como que los matices de la relación de enamoramiento se los vive en cámara rápida.  El problema surge en que tan rápido como empieza aparentemente se termina, eso es algo que para algunas personas deja una sensación de vació y soledad, algo que crea desesperanza e inadecuación.  Lo que duele también es lo que viene después porque no hay una claridad que confirme que la relación no va más.  Por decisión de uno, de los dos, o por falta de decisión;  la relación queda en el limbo, no se convierte en amistad, tampoco hay una distancia definitiva; no se da el compromiso, es como que la relación queda en espera, se mantiene el contacto por sí acaso, no se deja ir al otro pero tampoco se está en una relación; ese comportamiento genera una considerable ansiedad, un miedo a equivocarse y perder la supuesta oportunidad que se tiene.  ¿Cómo se puede vivir plenamente en la espera de lo que podría llegar a suceder?.  La espera puede matar lentamente las ilusiones, las esperanzas, los sueños y principalmente nuestra autoestima.

 

 

También puede ocurrir otra cosa, que la relación nunca empezó realmente, sólo se dio de forma virtual,  con coqueteos y promesas a través de mensajes en la red, pero en la vida diaria, en los momentos de pena, en las situaciones de cualquier tipo de necesidad no había esa mano cálida de la persona que puede expresar amor. 

 

¿Y EL COMPROMISO?

“No le llamo porque  no quiero ser intenso, no quiero que piense que invado su espacio” dice José en consulta.  ¿Acaso en una relación no se busca coincidir en espacios y tiempos? ¿Por qué se ha vuelto tabú proponer encuentros?  Estamos buscando no sentirnos limitados por nada ni por nadie y en el intento estamos aniquilando el compromiso, la capacidad de vínculo, la posibilidad de conocer a otro y aprender sobre el amor.  Muchas personas ahora tienen dificultades en saber lo que está permitido o no en el amor; caminan sobre huevos, intentando fallidamente no estropear la supuesta relación, no muestran todo su interés, porque temen que los juzguen y por eso los abandonen.

 

¿CUÁLES SON LOS TÉRMINOS DE LA RELACIÓN?

Definir una relación actualmente se vuelve un tema muy complicado, es como si uno debiera estar, pero no pedir, llamar pero no invadir, querer pero no tanto.  Cómo una pareja sin saber a dónde va construye el camino.  Muchas personas llegan a consulta dolidos porque la relación no era lo que pensaron, porque no se estaba yendo hacia ningún lugar, porque no ocuparon ningún sitio especial en la vida del otro, simplemente fueron una opción más entre muchas.  En otras no pocas ocasiones el desencanto se da porque las actividades individuales del otro no dejan espacio para el amor, los proyectos desaforados, los anhelos de perfeccionamiento enfermizo en cualquier área del quehacer humano, las aficiones que se convierten en obsesiones, simplemente no dejan tiempo para el amor.

 

CULTIVAR EL AMOR.

El amor es como una pequeña semilla, que requiere un lugar seguro para germinar,  es la intención de los amantes que proveen este lugar.  La semilla al igual que el amor necesita ser nutrida y cuidada, es el tiempo de encuentro, las miradas, las caricias, la compañía, la presencia del que se ha decido amar.  Que el amor no muera en el intento, depende de una actitud cotidiana de importancia de la presencia del otro en la vida, es la complicidad frente a los sueños futuros en compañía, es estar presente en las ilusiones y las penas, son las palabras y los silencios,  es la solidaridad en tiempos malos y calidez de la sonrisa en esos momentos de éxito.  Experimentar el amor podría ser una experiencia significativa, independientemente de lo que dure. No olvidemos al amor, porque el amor no nos ha olvidado.

 

Dra. Isabel Ayala Vera.

PSICÓLOGA CLÍNICA

INGENIERA COMERCIAL

+593996050245

Los derechos del texto y las fotografías son de Paola Isabel Ayala Vera. Se puede citar el presente artículo con la debida referencia