...tratando de limpiar, ordenar y purificar el mundo externo. Cuando lo que se tiene que volverse salubre es nuestro mundo interno, paradójico, tristemente paradójico. Por más que nos esforcemos en darle un orden a lo de afuera, sin considerar lo que nos está pasando dentro, el esfuerzo no nos conducirá a ningún lado, hemos arado en el mar.
Si conocemos los tesoros que contiene nuestro ser podemos compartirlos. Las cualidades de cada persona tienen mucho valor, aquellas contribuyen de formas inesperadas al entorno, aquellas cualidades que convocan y crean nuevas posibilidades de concretarse, es aquello que habita como un anhelo profundo en la psique de cada ser humano.
A nivel psicológico los seres humanos estamos profundamente conectados con estos ciclos naturales, los tiempos de cosecha son esos momentos en que la persona necesita recolectar lo que la vida trae, reflexionar en lo que ha sido para ella ese tiempo, entonces ser capaz de agradecer por todo lo que ha recibido, percatarse de los aprendizajes de sus propios aciertos y errores.