El desapego conduce a la paz interior basada en la conciencia y la aceptación de lo transitorio, pero sobre todo a una plenitud de vivir más allá de la fijación de que algo o alguien nos darán felicidad. ¿Será eso posible?
Si los aprendizajes significativos pueden aportar más plasticidad a nuestro cerebro, eso quiere decir que gracias a ellos nuestras creencias, nuestras ideas y nuestros puntos de vista se pueden nutrir, flexibilizar y ampliar. Y con ello la forma en que vemos y nos relacionamos con el mundo y con nosotros mismos.
Eso que está más allá de nuestras manos, aquello que no corresponde a nuestra voluntad, lo que nos presenta la vida y no hay ninguna posibilidad de eludirlo.