Hay restricciones externas e internas frente a lo que ha propiciado esta pandemia, los gobiernos promulgan una nueva normalidad que no saben ni ellos mismos a dónde nos conducirá. La vida no se puede detener, porque eso tampoco es factible para la sobrevivencia, pero tratar de volver a la vida anterior por el momento es una fantasía.
Hay veces en que la vida es como el oleaje del mar, va y vuelve, en ese movimiento puede traer a nuestras orillas algo inesperado, valioso, algo que nos puede cambiar, pero esto puede llegar en un momento supuestamente inconveniente. Entonces la decisión se centrará en dejar eso que la vida trae porque no estamos preparados para vivirlo, o armarnos de valor para asumir el reto.
Si los aprendizajes significativos pueden aportar más plasticidad a nuestro cerebro, eso quiere decir que gracias a ellos nuestras creencias, nuestras ideas y nuestros puntos de vista se pueden nutrir, flexibilizar y ampliar. Y con ello la forma en que vemos y nos relacionamos con el mundo y con nosotros mismos.
Eso que está más allá de nuestras manos, aquello que no corresponde a nuestra voluntad, lo que nos presenta la vida y no hay ninguna posibilidad de eludirlo.
(...) la naturaleza propia, tarde o temprano se verá instada a reconocerse a través de la coincidencia de dos, saldrá a flote lo que le es natural y que urge expresarlo. Y es así como el encuentro se convierte en un pretexto para verse uno mismo y cuestionar el camino elegido (...)
Un talento es un misterio, es aquello que nos es dado, que viene con nosotros, es aquello que lo podemos hacer con cierta habilidad innata, es aquello en lo que podemos fluir y sentirnos completos. Pero el talento no es nada sin la perseverancia.
El proceso de cada persona es único, aunque existan circunstancias similares, estados de ánimo parecidos, el desenvolvimiento de los conflictos existenciales tienen un tempo propio para cada uno.
La vida se va componiendo de momentos, de escenas que van formando el álbum de una existencia. ¿Qué compone una vida en particular sino las acciones que se repiten a través del tiempo? Es en el transcurrir de cada día que vamos haciendo nuestra historia. Las decisiones tomadas son las que van dando un cariz a ese tejido llamado vida.
Ponerse en acción en cuanto a lo que esté pendiente, puede cambiar la actitud de la persona considerablemente, buscar caminos reales por los cuales la energía del anhelo puede fluir de alguna manera, puede desenmarañar esos estados de ánimo liosos y infundir en la persona bríos renovados para continuar.
El inicio de un nuevo año, de muchas maneras puede ser una oportunidad. Marca el fin de un ciclo y por supuesto la posibilidad de proponer nuevos horizontes para nuestra existencia.